miércoles, 10 de febrero de 2010

TESTIMONIO DE UNA HIJA ADOPTIVA

Me llamo Verónica Fiorito Ferlazzo, tengo 32 años y soy hija adoptiva (a mi me gusta decir hija del corazón como me enseñaron mis Padres).
Soy de Rosario, llegué a las vidas de mis Padres un 17 de Marzo de 1979 a los 19 meses, ellos ya tenían un hijo biológico de 10 años que me quiso desde el primer momento que me vio y, gracias al amor que nos enseñaron mis padres, siempre fuimos muy unidos.
Yo sufría de un pequeño grado de desnutrición que afectaba a mi maduración ya que no podía caminar ni agarrar objetos, no realizaba los movimientos normales de una nena de esa edad. Gracias al amor y dedicación de mis padres, al año de estar con ellos corría mas ligero que un correcaminos, ya no había ninguna secuela de la falta de atención que sufrí.

Siempre supe que soy fruto del amor de mis padres pero no de la forma convencional en que nacen los hijos. Mi mamá no sufrió dolores de parto pero si sufrió tiempo de espera, y no fueron nueve meses dentro de su panza, fueron muchos mas al lado del teléfono esperando una citación.

Me sumé al grupo Club de Padres para ayudar a personas que están dispuestas a dar amor incondicionalmente, como cualquier padre lo haría más allá de todo, y a chicos como yo que aún esperan el milagro: que la vida les regale padres que les enseñe a caminar, que pueda darles un remedio para bajar la fiebre o secarles las lágrimas, que estén ahí cuando empiezan a nadar, a andar en bici o, simplemente, a sentir la felicidad de poder decirle a alguien “MAMA” y “PAPA”.

¿Porqué nosotros los hijos no somos escuchados? ¿No tenemos derecho a elegir? Además del maltrato de esas personas que nos traen al mundo también tenemos que sufrir el maltrato de los jueces que pierden el tiempo intentando mantener lazos con personas que no nos ofrecen un poco de atención y, sobretodo, AMOR. Hacen que nuestra niñez duerma en un expediente perdido en un cajón.

QUIENES DICEN CUIDAR DE NUESTROS DERECHOS NOS HACEN SUFRIR LA FALTA DE UNA FAMILIA.

Conozco mi nombre biológico, el de la persona que me dio la vida. Se que tengo tres hermanos biológicos y hoy, con 32 años, ya puedo decidir si quiero restablecer ese vínculo. Me pregunto si saben que la curiosidad pasa por los hermanos y no por los padres. ¿Por qué la ley no ampara ese derecho? ¿Porque querer imponerlo?

El proyecto de ley que trata este grupo de Padres ampara a los niños que todavía están en hogares y pretende agilizar un poquito mas las cosas para que muchas parejas puedan llegar a tener su hijo, para que muchos niños tengan otra oportunidad de saber lo que es una familia.

Espero que muchos más hijos del corazón se unan al grupo para que seamos más los que podamos decir que la vida nos dio el regalo mas hermoso de todos: tener una familia.

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